El Índice de Confianza del Consumidor (ICC), en su comparación anual, mostró durante el primer mes del 2017 una reducción de 25.7% con cifras desestacionalizadas, dio a conocer el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) a través de un comunicado.
La confianza de los consumidores mexicanos presentó durante enero de este año una caída mensual de 17.9% en términos desestacionalizados, precisó el organismo estadístico.
Al interior del ICC, se observaron disminuciones mensuales con datos ajustados por estacionalidad en los cinco componentes que lo integran.
En enero el componente correspondiente a la opinión sobre la situación económica actual de los integrantes del hogar frente a la que tenían hace 12 meses disminuyó un 9.7% en el mes, detalló.
Por su parte, el rubro que mide la expectativa sobre la situación económica de los miembros del hogar dentro de 12 meses, respecto a la que registran actualmente presentó un decremento de 15.6% con relación al mes de diciembre del año pasado, según cifras del ICC de enero del 2017.
La variable que evalúa la percepción de los consumidores acerca de la situación económica del país hoy en día comparada con la que prevaleció hace doce meses se redujo un 22.6% en términos mensuales, de acuerdo a datos del instituto de estadística mexicano.
El indicador que capta las expectativas sobre la condición económica del país esperada dentro de un año respecto a la situación actual mostró una caída mensual de 23.6 por ciento. Mientras el componente sobre las posibilidades en el momento actual por parte de los integrantes del hogar, comparadas con las de hace un año, para efectuar compras de bienes durables, tales como muebles, televisores, lavadoras y otros aparatos electrodomésticos retrocedió un 23.5% frente al nivel observado en diciembre del 2016, según el Índice de Confianza del Consumidor.
En el primer mes de este año, el Indicador de Confianza del Consumidor se situó en 28.9 puntos con cifras ajustadas por estacionalidad, nivel que significó un retroceso mensual de 6.1 puntos.
Fuente: El Economista