El surgimiento de empresas, el anuncio de nuevas inversiones y la organización de eventos son noticias constantes en el ecosistema emprendedor mexicano. A pesar de ello, México cayó cuatro lugares en el Índice Global de Emprendimiento 2018, pasó de la posición 75 a la 71 que ocupó hace un año, al registrar bajas evaluaciones en los rubros de soporte cultural, percepción de oportunidades de negocio y habilidades emprendedoras.
El índice, publicado en noviembre de 2017 por el Instituto Global de Emprendimiento y Desarrollo (GEDI, por sus siglas en inglés) con sede en Washington, mide la calidad y la dinámica de los ecosistemas de 137 países a través de 14 componentes: networking, capital humano e innovación de productos, entre otros. Estados Unidos, Suiza y Canadá ocupan las primeras tres posiciones del ranking, mientras que Chile destaca en el conjunto de países de América Latina y el Caribe.
En el componente percepción de oportunidades de negocio, que evalúa si las personas detectan huecos en el mercado que les permitan crear nuevas empresas, México pasó de 48 a 43% en un año. Mientras que el aspecto de habilidades emprendedoras de la población perdió tres puntos, cayó de 18 a 15%.
El rubro con la evaluación más baja es soporte cultural, que mide el espíritu empresarial y la corrupción como factor que inhibe la actividad emprendedora. En 2017, esta área tenía una calificación de 15%, y en el reporte de 2018 bajó a 10%.
“La mala calidad de la regulación es una de las grandes fuentes de la corrupción”, dice Sergio López Ayllón, director general del Centro de Investigación y Docencias Económicas (CIDE), organismo que colabora con la Comisión Federal de Mejora Regulatoria (Cofemer) en una política de simplificación de trámites y de justicia cotidiana para el sector productivo.
La Encuesta Nacional de Calidad Regulatoria e Impacto Gubernamental en Empresas indica que la corrupción se presenta principalmente para agilizar un trámite, evitar multas u obtener licencias o permisos. López Ayllón señala que la micro, pequeña y mediana empresa (mipyme) debe cumplir con una enorme cantidad de trámites ante los tres niveles de gobierno.
El inventario del Catálogo Nacional de Trámites y Servicios del Estado asciende a 5,780 diligencias, cuyo costo económico y social equivale a 2.16% del Producto Interno Bruto (PIB) nacional. “La lógica de las autoridades no es ayudar al empresario, sino generar condiciones que favorezcan esta práctica”, expone el director general del CIDE.
Incluso, con los documentos en regla, el empresario sigue pagando dádivas durante inspecciones, auditorías o sufre el robo de mercancía por miembros del crimen organizado, por lo general coludidos con los cuerpos policiacos, añade Max Kaiser, director de Anticorrupción del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO).
El especialista considera que las elecciones de este año son una gran oportunidad para posicionar en la agenda de los candidatos el tema de la corrupción y su impacto en el emprendimiento. “Los jóvenes que están estudiando en este momento y que quieren poner una empresa deberían exigir a los candidatos que atiendan este tema, que lo pongan como su prioridad, que alguien con una buena idea pueda convertirla en negocio y que éste sea sustentable”, finaliza el experto.
Fuente: Expansión