Las autoridades hacendarias están comprometidas a seguir puntualmente una agenda de trabajo con el sector financiero que se concentra en dos vertientes: ampliación del proceso de inclusión para más personas y el fortalecimiento de la salud del sistema en su conjunto, incluyendo la protección para los usuarios de servicios financieros.
Entre otros aspectos, se va a impulsar la meta en el 2018 de incorporar al sistema financiero a 2 millones de familias adicionales y para ello se van a utilizar las herramientas tecnológicas que están generando un potencial enorme para facilitar el acceso de la población a los servicios de ahorro y crédito.
El apoyo tecnológico podrá estar asociado a las empresas de nicho orientadas al desarrollo Fintech, debido a que estas soluciones cuentan con un potencial importante para bajar costos y mejorar la eficiencia en todas las instituciones públicas y privadas del sector.
Es por ello que se avanzará en la regulación que se deriva de la Ley Fintech, que fue promulgada por el Presidente Enrique Peña Nieto, en el marco de la 81 Convención Bancaria, para aprovechar los avances tecnológicos en la inclusión financiera. En ese sentido existe el compromiso de que dentro de un período de seis meses se tendrá que emitir una regulación secundaria que se derive de este ordenamiento jurídico; esto es un compromiso que se va a cumplir antes de que termine la actual administración.
Otro tema relevante es el impulso a los medios de pago electrónicos, asegurando que sean seguros y que se genere una confianza en la población sobre el uso del mismos. Un tema importante será mejorar los conocimientos y habilidades para el manejo de los servicios financieros y ya se trabaja para impulsar con todas las organizaciones de intermediarios la estrategia nacional de educación financiera.
El objetivo es que todos los usuarios tengan una percepción correcta de los beneficios, los costos y los riesgos que tienen asociados los distintos instrumentos financieros, y en ese sentido, se contemplan diversos puntos: por un lado, enfatizar en la educación financiera desde edades tempranas, reforzar contenidos de educación financiera en los programas sociales y, finalmente, utilizar las innovaciones tecnológicas.
En cuanto a la agenda de regulación y seguridad se trabajará en dos frentes. Por un lado, es claro que se debe mantener la seguridad del sistema financiero, con normas adecuadas que aseguren la operación de los bancos; y por otro, una correcta gestión de riesgos.
Existe la idea clara de que la prevención de riesgos en los bancos no solo debe de hacerse desde el punto de vista macroeconómico y sistémico, también se requiere asegurar que las herramientas son adecuadas para garantizar la seguridad particular de los usuarios.
Fuente: México Nueva Era