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Deuda global

Con permiso del bono americano, que es la referencia de la que más se habla después de que cruzara el martes, por tercera vez en lo que va de año, la frontera del 3%, la renta fija se encuentra cada vez más cerca de hacer sombra a la variable y no es únicamente éste quien da una pista sobre ello. También lo hace la expectativa de rentabilidad de una cartera de bonos globales, que incluye desde deuda pública a corporativa de países tanto desarrollados como emergentes, que, por primera vez en un lustro, vuelve a superar el 2%.

 

Es justo el doble que en julio del año pasado. Entonces, el retorno que cabía esperar de la renta fija alcanzaba el 1.07%, el nivel más bajo desde que el índice que agrupa a estas referencias -el Bloomberg Barclays Aggregate Bond– ofrece datos, es decir, desde, al menos, 1990. La escalada continua que se ha producido desde aquel momento responde a las mayores expectativas de crecimiento económico e inflación, fruto de las políticas ultra laxas aplicadas por los bancos centrales en los últimos años y que, ahora, algunos empiezan a deshacer mientras otros buscan la fórmula de cómo hacerlo.

Los motivos: dólar e inflación

El hecho de que la expectativa de rentabilidad haya repuntado con especial ímpetu en los últimos días (ver gráfico) se apoya en dos factores. Uno de ellos es el avance del precio del petróleo, que el martes llegó a superar los 79 dólares, y que ha llevado a máximos de los últimos cinco años la expectativa de inflación a 1, 5 y 10 años, a pesar de que los precios todavía se encuentran muy lejos del objetivo del Banco Central Europeo (BCE), del 2%.

Prueba de ello es que el IPC de la eurozona publicado ayer estuvo en línea con las estimaciones y en mínimos de los últimos meses: 0.7% la subyacente y en el 1.2% si se incluye los precios de la alimentación y la energía. “Unos datos muy pobres teniendo en cuenta que el precio del petróleo ha subido casi un 40% en el último año”, opinan en Unicorp. Lo que muestra, dicen, que Europa tiene problemas para generarla, “por lo que los tipos seguirán muy bajos mucho tiempo”. El mercado no espera que se produzca ningún alza hasta junio del año que viene.

El otro factor que explica esa mayor rentabilidad esperada de la deuda global está en la fortaleza del dólar, ya que buena parte del papel que emiten los emergentes está referenciado a esta moneda y su fortalecimiento eleva la cuantía de la devolución al emisor. En su cruce contra el euro repunta un 1.7% en lo que va de año y, desde que marcase mínimos anuales en el mes de febrero, el billete verde recupera más de un 6%.

Una opción a considerar

Una de las consecuencias de que ahora las rentabilidades de la renta fija sean más elevadas es que, poco a poco, la proporción de gestores que infrapondera este activo en sus carteras se va reduciendo. Según se desprende de la última encuesta a gestores publicada ayer por Bank of America Merrill Lynch (BofA) realizada en las primeras semanas de mayo, el 54% de los profesionales infrapondera a los bonos frente al récord marcado en febrero en el 69%.

En opinión de Rober Mead, codirector de Asia Pacífico de Pimco, en declaraciones a Bloomberg, los mayores rendimientos representan una oportunidad para los inversores, especialmente a largo plazo. Básicamente porque, a corto, quien invirtiera en la mayoría de tipos de deuda a comienzos de año sufre pérdidas cinco meses después, en términos generales. Según los índices de Bloomberg que existen para las principales categorías, el saldo anual de buena parte de ellos está coloreado de rojo, con dos únicas excepciones. La de la deuda de China, que incluye la pública y la privada, que se revaloriza un 5.87% desde enero, así como los bonos basura (o high yield) denominados en diversas monedas de países europeos, con los que se obtiene un 0.28%. En el lado opuesto, los mayores retrocesos se obtienen con la deuda corporativa, que cede cerca de un 4% y con la deuda emergente en dólares (-3.68%).

Sin embargo, a largo, explica Mead, la correlación negativa que existe entre los bonos y la bolsa ofrece diversificación y retornos ajustados a la volatilidad, esa que, tras años hibernada, ha despertado.

Si en vez de optar por la compra directa de un bono se accede a este mercado a través de los fondos, delegando la elección del título al gestor, las rentabilidades no siempre son mejores. Un estudio publicado por Morningstar demuestra que solo unos pocos gestores activos de bonos baten a su índice de referencia descontadas las comisiones. En concreto, analiza la rentabilidad de los fondos de 25 categorías distintas en un periodo de 3 años, desde enero de 2020 hasta octubre de 2017, tanto en Europa como en Estados Unidos.

En el caso de Europa, estudia 15 categorías y solo en cinco de ellas los fondos gestionados activamente superaron al índice una vez descontada la comisión de gestión. Se trata de los de deuda corporativa en euros y en libras, los de deuda global, corporativo emergente y pública americana.

 

Fuente: Economía Hoy 

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