En un contexto económico marcado por la inflación, la informalidad y una competencia creciente, cada decisión comercial adquiere un peso crucial. Una de las más determinantes es la forma en que los negocios cobran a sus clientes.
Aunque pueda parecer un detalle menor, la ausencia de medios de cobro digitales, como terminales para tarjetas, se ha convertido en una desventaja estructural para muchos comercios, especialmente los pequeños e informales.
Actualmente, más del 60% de las transacciones en el país aún se realizan en efectivo, lo que refleja la fuerte resistencia a adoptar métodos modernos de pago. Entre las razones de esta resistencia están la percepción de altos costos, la falta de información o el temor a los impuestos. Estas barreras provocan consecuencias negativas: pérdida de ventas, menor competitividad, poca trazabilidad, dificultades para acceder a crédito y exclusión del sistema financiero formal.
Este rezago no solo impacta a los negocios en lo individual, sino que debilita al ecosistema económico nacional. La falta de integración al sistema financiero impide generar datos útiles, fomenta la informalidad, limita la recaudación fiscal y reduce las oportunidades para mejorar las condiciones laborales en el país. A la par, se genera una brecha social entre consumidores que ya no usan efectivo y comercios que no les ofrecen alternativas convenientes, empujándolos a buscar otras opciones.
No obstante, las condiciones han cambiado. Hoy existen terminales móviles accesibles que permiten cobrar con tarjeta, facturar y administrar inventarios sin requerir grandes inversiones o infraestructura. Operan bajo esquemas flexibles de pago por uso, sin costos fijos y son viables incluso en zonas rurales. El verdadero reto no es económico, sino cultural: cambiar la mentalidad de los negocios para que vean en la digitalización una herramienta de crecimiento, no una amenaza.
En un país donde más del 95% de las empresas son micro, pequeñas o medianas, adoptar tecnologías de cobro ya no es una opción, sino una estrategia de supervivencia. Cada comercio que se moderniza fortalece la economía, reduce desigualdades y se prepara mejor para los desafíos futuros. En este sentido, aceptar tarjeta no es solo una mejora operativa: es una decisión que impulsa la inclusión financiera y el progreso colectivo.
Cobro Móvil es una empresa mexicana que nació con un objetivo claro: transformar la manera en que los pequeños y medianos comercios cobran y gestionan su operación diaria.
Ofrecemos terminales que funcionan como puntos de venta y que integran soluciones clave como la automatización de inventarios, reportes de ventas y facturación directa desde la terminal, todo desde un solo dispositivo.
En estos años, hemos acompañado a cientos de negocios en su proceso de modernización: desde tiendas de abarrotes y cafeterías, hasta restaurantes y comercios con alto volumen de transacciones. Gracias a Cobro Móvil, hoy pueden operar de forma más ágil, segura y eficiente.
Nuestra propuesta se basa en ofrecer terminales sin costo, para que cualquier comercio pueda comenzar a aceptar pagos con tarjeta sin barreras de entrada. Además, ayudamos a ampliar sus ingresos al integrar servicios como recargas de tiempo aire y pagos de servicios.
Lo que nos distingue no es solo la tecnología, sino el enfoque humano con el que atendemos a cada cliente. Contamos con un equipo comprometido con el desarrollo del comercio en México, que ofrece atención personalizada desde la activación hasta el seguimiento continuo del negocio.
En Cobro Móvil, no creemos en soluciones genéricas, sino en relaciones duraderas. Es por ello que hoy seguimos creciendo con un propósito claro: empoderar al comercio local, apoyar su desarrollo económico y digital, y facilitar herramientas que impulsen tanto a pequeños como a grandes negocios.