Información de Contacto

Blog CANACO CDMX Paseo de la Reforma No. 42, Col. Centro, Delegación Cuauhtémoc, C.P. 06040.

aranceles

La entente cordiale alcanzada entre el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y su homólogo chino, Xi Jinping, brindó un renovado optimismo que no sólo abrazó a la renta variable de todo el mundo. También se vieron beneficiadas las divisas emergentes, el crudo y el oro, en una jornada, eso sí, donde el poderío registrado al inicio de la negociación en Wall Street perdió algo de fuelle a lo largo de la sesión. Al fin y al cabo, con la reputación de ambos mandatarios en juego, las probabilidades de una tregua ya estaban digeridas por el mercado. Pero ello no evitó que los inversores respiraran aliviados al determinar que, durante los próximos 90 días a partir del 1 de enero, los encontronazos entre Washington y Pekín no derivarán en nuevos aranceles.

 De esta forma, la administración estadounidense mantendrá los gravámenes ya en vigor, pero frenará el aumento previsto desde el 10 al 25% sobre las tasas que aplica a un catálogo de productos chinos por valor de 200,000 millones de dólares. Tampoco anunciará nuevos impuestos sobre un grupo adicional de bienes procedentes del gigante asiático por valor de 267,000 millones de dólares.

En una retahíla de tuits, el propio Trump fue el encargado de detallar los logros de su negociación. Entre ellos, la reducción de los aranceles del 40% que la segunda mayor economía del mundo impone sobre los vehículos fabricados en Estados Unidos, algo que impulsó las acciones de las automotrices patrias como General Motors, Ford y Fiat Chrysler. También incidió en el compromiso chino de comenzar a comprar productos agrícolas de inmediato.

“Estados Unidos exportó sólo alrededor de 70,000 millones de dólares en productos agrícolas a China el año pasado, o menos del 0.4% del PIB”, explica Andrew Hunter, economista de Capital Economics, quien calcula que, pese a que los envíos de soja a China han colapsado en los últimos meses tras la imposición de aranceles, “no hay mucho margen para que los chinos eleven significativamente sus compras ahora, dado que han seguido importando el cultivo de otras fuentes”.

En lo que se refiere a la industria automotriz, es importante destacar que la mayoría de los vehículos vendidos por las empresas estadounidenses en China se fabrican allí y, en cualquier caso, la propuesta china de reducir los aranceles sólo revertiría el aumento promulgado en julio, llevándolos de regreso a donde estaban al comienzo de este año. Actualmente el país impone un gravamen del 15% sobre los coches extranjeros.

Aún así, el director del Consejo Económico Nacional, Larry Kudlow, destacó el lunes en una conferencia telefónica con la prensa que “espera que los aranceles chinos a los automóviles estadounidenses se reduzcan a cero” sin poder confirmar que esto será así. Paralelamente reconoció que no existe un acuerdo específico sobre la cantidad de productos agrícolas que comprará el Gobierno de Xi, pero indicó que espera que los aranceles impuestos sobre ellos se retiren pronto.

“La ventaja de negociación de Trump con China probablemente ha tocado techo”, considera, Andrew Schneider, economista de BNP Paribas. Al respecto hay que tener en cuenta que, a partir de enero, los demócratas tomarán posesión de la Cámara de Representantes y la supervisión e investigaciones sobre la Casa Blanca prometen copar gran parte de su agenda. Tampoco hay que pasar por alto una posible desaceleración económica a medida que el estímulo fiscal se desvanece.

Las tres vías que se abren

La ruta en los próximos meses puede derivar en tres escenarios. Si China está de acuerdo en implementar cambios significativos en relación con la protección de la propiedad intelectual, no elevar los subsidios a empresas estatales y garantizar un mayor acceso a su mercado, entonces el plazo sin aplicar más aranceles podría extenderse.

Otro planteamiento posible es que en marzo no se hayan superado todos los escollos. Es entonces cuando Estados Unidos podría implementar un alza en sus aranceles hasta el 25% sobre el catálogo de productos chinos por valor de 200,000 millones de dólares. Esto no frenaría las negociaciones entre ambos países siempre y cuando Xi mantenga la calma y no tome represalias, algo poco probable.

Desde Morgan Stanley estiman que el acuerdo alcanzado puede mejorar sus previsiones de crecimiento para China. 

Finalmente, sin acuerdo alguno, no sólo veríamos un aumento en los gravámenes ya en curso, sino que Trump cumpliría con su amenaza de extender los aranceles a todas las importaciones procedentes del país asiático. A ello habría que sumar otras represalias no arancelarias barajadas entre ambos países.

“La tregua de 90 días entre Estados Unidos y China será positiva para el sentimiento del mercado, sin embargo se necesitarán importantes reformas estructurales por parte de China para que la situación dure”, manifiesta César Rojas, de Citi. De hecho, si ésta no llegase a buen puerto, en el banco ya aventuran una rebaja en el crecimiento global de 0,3 puntos porcentuales en 2019.

Mientras tanto, desde Morgan Stanley estiman que el acuerdo alcanzado puede mejorar sus previsiones de crecimiento para China, así como para la renta variable del país. Esto se produce después de que los estrategas del banco asumieran que el incremento de aranceles entraría en vigor el próximo 1 de enero, algo que no será así. La posible revisión al alza de sus proyecciones de crecimiento del país, lo situarían en el 6,3% para 2019.

Fuente: Economía hoy 

Compartir: