La gasolinera británica llega la próxima semana a México
A raíz de la apertura del mercado de los combustibles, producto de la reforma energética, a partir del próximo jueves, 9 de marzo, la inglesa British Petroleum llega a México. Así lo anunciarán oficialmente en presencia del vicepresidente de Desarrollo Comercial y Nuevos Negocios de BP Downstream, Richard Harding, y el titular de la Secretaría de Energía, Pedro Joaquín Coldwell .
La quinta empresa petrolera por el nivel de ventas y la octava por tamaño de producción de petróleo crudo más importante del mundo, aprovechará la producción estadounidense para suministrar el combustible que comercializará sus estaciones de servicio en México, mediante el esquema de franquicia.
Bristish Petroleum opera actualmente 17 mil estaciones de servicio y 13 refinerías en 80 países y destaca por los servicios complementarios que ofrece a sus clientes como tarjeta de crédito BP o la opción de vincular la tarjeta Visa a una cuenta de recompensa (Invigorate y Bristish Petroleum Diesel).
¿Quién es British Petroleum?
BP plc, es la tercera empresa privada más importante dedicada al petróleo y gas después de ExxonMobil y Royal Dutch Shell y en México es mayormente conocida por el desastre ecológico en abril de 2010, cuando un derrame de crudo en el Golfo de México provocó una explosión en la plataforma petrolífera semisumergible Deepwater Horizon.
La explosión y el consiguiente incendio, que cobró la vida de 11 personas, se produjo durante las prospecciones del yacimiento de Macondo del Golfo de México, debido a un sellado parcial del pozo petrolífero.
Varios expertos estimaron que la fuga de petróleo se producía a razón de entre 35 mil y 60 mil barriles por día (entre 5600 y 9500 m3/día), sin embargo, la cuantificación exacta de la magnitud de la fuga está aún en discusión, a causa de la dificultad para instalar dispositivos de medida a tal profundidad.
Como resultado de la fuga, se formó un derrame petrolífero no controlado de 6 mil 500 km2 de extensión que amenazaba las costas de los estados de Luisiana, Mississippi, Alabama, Texas y Florida, de Estados Unidos.
El gobierno de Estados Unidos declaró a BP parte responsable del suceso y encargada de costear todos los procesos de limpieza del derrame y la reparación de otros daños.
El 5 de agosto de 2010 la compañía anunció que la operación de sellado del pozo petrolífero había concluido correctamente, deteniendo así la fuga de crudo.