La migración, los nuevos parámetros del libre comercio y un panorama económico incierto en Estados Unidos son elementos que México debe tomar en cuenta la administración de Andrés Manuel López Obrador para construir una nueva narrativa del país ante el mundo, coincidieron especialistas.
Durante la conferencia “Migración y Economía: retos y oportunidades en la relación bilateral México-Estados Unidos, organizado por el Consejo Mexicano de Asuntos Internacionales (Comexi), el economista Luis de la Calle, exministro de Asuntos comerciales de la Embajada de México en Washington y miembro del equipo negociador del TLCAN original, aseguró que “México debe cambiar su imagen ante el ciudadano estadounidense promedio, no ante las élites” y para ello, además de un programa económico sólido, hace falta que los mexicanos puedan defenderse dentro del país vecino, en su propio sistema de familiaridad, a través del deporte, la cultura y su presencia constante en la vida cotidiana de ese país.
Añadió que paradógicamente el Medio Oeste y el “cinturón del maíz” estadounidense integrado por los estados de Iowa, Illinois, Indiana, Nebraska, Kansas, Minnesota y Missouri, territorios favorables a Donald Trump, son los que hicieron que sobreviviera el nuevo T-MEC. “Son vecinos de México y Canadá”, dijo De la Calle, a diferencia de las costas, que comercian con Europa y Asia. “Nuestros principales defensores están en territorio de Trump por su integración económica con México”.
Añade que 2019 será un año complejo para la economía y la política de toda la región, pero especialmente para Estados Unidos. Por un lado, en un hecho inédito, los republicanos perdieron el control del Congreso a pesar de que la economía de ese país crece al 3%, y por otro, los Demócratas no tienen “una figura que cristalice la nueva agenda de las mayorías de centro”.
Explicó que la subida de tasas de interés por parte de la Fed, que se espera ocurra a final del año, generará aversión al riesgo en los países emergentes, y de ahí la importancia de que México ofrezca confianza y estabilidad a los inversionistas ante una posible desaceleración de la economía en 2019.
Además, el economista preve una exacerbación de la guerra comercial con China, algo que México podría aprovechar al sustituir los productos chinos en Estados Unidos y los productos estadounidenses en el país asiático.
Todo este contexto genera dificultades para la aprobación del T-MEC por parte del Congreso Estadounidense. “Será más complicado de lo que se piensa”, dijo, pues los legisladores deberán llegar a acuerdos en medio de una alta polarización.
Una política migratoria propia
De acuerdo con Silvia Giorguli, presidenta del Colegio de México y experta en migración, actualmente uno de cada tres estadounidenses tienen ascendencia mexicana, y en momentos en los que tres caravanas migrantes recorren nuestro país desde Centroamérica con dirección a Estados Unidos, la administración entrante debe pensar en la elaboración de una política migratoria propia que tome en cuenta este complejo fenómeno.
Por ello, para Luis de la Calle era fundamental que el nuevo TLCAN (ahora llamado T-MEC) incluyera un programa de desarrollo para América Central orientado a la infraestructura, el transporte y el desarrollo de gasoductos, además de la creación de por lo menos 50,000 visas de trabajo con permisos de entrada y salida para que los migrantes centroamericanos puedan libremente a trabajar de manera temporal y puedan regresar a sus países.
Los especialistas coincidieron en la necesidad de nuevos esquemas de movilidad para enfrentar el problema de las diásporas mexicanas y centroamericanas en toda la región, cuya expresión más reciente ha sido la caravana migrante, utilizada por Donald Trump como móvil político. “La caravana no es una forma útil de entrar a EU, pero sí es la mejor forma de cruzar México”, dijo Andrew Selee, presidente del Instituto de Políticas Migratorias de Estados Unidos. En ese sentido, Selee prevé que habrá más caravanas y México debe tener una respuesta de control fronterizo que no sea solo reactiva o dependiente de su relación con Estados Unidos, sino que atienda el fenómeno migratorio de manera humanitaria y respetuosa.
Fuente: Economía Hoy