Tras 22 meses de construcción y sin aviso previo, la madrugada de ayer las autoridades capitalinas abrieron a la circulación el paso a desnivel Mixcoac-Insurgentes.
En punto de las 5 de la mañana, sin acto protocolario, pero con un amplio dispositivo de tránsito, se retiraron las barras que confinaban la obra y se puso en operación la vialidad, que tuvo un costo de mil 500 millones de pesos.
Durante el día se presentó caos vial en la zona y confusión entre los automovilistas, quienes indicaron que no utilizaron el desnivel porque no estaban enterados de su apertura. Otros indicaron que no vieron señalamientos para ingresar al doble túnel.
El desnivel mide 1.3 kilómetros y permitirá circular de manera continua desde el puente de avenida Universidad hasta el puente de Molinos, y viceversa, sobre los carriles centrales del Circuito Interior Río Mixcoac.
Cuenta con una gaza de incorporación de Insurgentes hacia Patriotismo, y otra de Circuito Interior hacia Barranca del Muerto, así como una salida hacia el Eje 8 Sur José María Rico. También fue abierto el parque lineal, que cuenta con cinco fuentes interactivas.
Poco después de las 8 horas, el jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera Espinosa, al preguntarle por qué no hubo una ceremonia de inauguración, aseveró que lo que urgía ya era que (el paso a desnivel) estuviera funcionando.
Explicó que a lo largo del día se realizarían varias supervisiones para hacer las correcciones que se requieran. Lo importante es que ya la gente lo puede disfrutar; estábamos esperando tener la vegetación completa, que estuviera funcionando todo lo que es equipamiento y con eso nosotros ya estamos satisfechos de que la ciudadanía pueda tener una mejora sustancial en el tiempo de circulación por esa zona
A las 14 horas, en un primer corte sobre la operación de la vialidad, el secretario de Obras y Servicios, Édgar Tungüí, dijo que el trayecto de Universidad a Patriotismo por el desnivel se hacía en cerca de dos minutos, y en sentido inverso de dos y medio a cerca de tres minutos.
Indicó que se tenía una complicación en la zona de la Florida, a la altura de la salida de avenida Universidad, de poniente a oriente, pero que el asunto se estaba evaluando junto con las secretarías de Seguridad Pública y de Movilidad para hacer los ajustes necesarios.
Normalmente, indicó, una obra de este tamaño tiene un periodo de adaptación de dos meses, en el que estaremos trabajando las tres dependencias para evaluar lo que se requiera.
En conferencia de prensa añadió que de acuerdo con las conclusiones de la primera entrega del estudio que la dependencia capitalina solicitó a la Alianza para la Formación e Investigación en Infraestructura para el Desarrollo de México, el túnel no tiene ningún riesgo estructural; las filtraciones existen, pero no tienen ningún riesgo para el mismo, y establece que se darán algunas recomendaciones de como tratarlas.
Asimismo, advirtió que como en cualquier otra estructura, si no se diera atención a las filtraciones, podrían representar un riesgo. Aquí, apuntó Tungüí, lo que yo diría es que esto no va a suceder. Recordemos que el túnel es parte de un proyecto para prestación de servicios, cuyo financiamiento tiene asegurado su mantenimiento hasta 2025.
Fuente: La Jornada