En un mundo en constante movimiento y cambio permanente, contar con los recursos necesarios para hacer frente a los compromisos contractuales ante entidades públicas o empresas privadas es fundamental y para ello, estas solicitan a las empresas o personas físicas que deberán ejecutar y cumplir con los trabajos encomendados una garantía de respaldo y entre ellas se encuentran las fianzas, que otorgan las instituciones afianzadoras del país.
Las fianzas son una garantía de respaldo a quien encomienda estos trabajos (beneficiario) y le garantiza que en caso de incumplimiento del responsable de ejecutarlos (fiado) por un contrato de obra o suministro de bienes o servicios habrá un tercero (fiador) que le cubrirá los daños económicos causado en forma total o parcial según el grado de cumplimiento.
Por lo tanto, y de acuerdo al artículo 2794 del Código Civil Federal, la fianza es un contrato por el cual una persona se compromete con el acreedor a pagar por el deudor, si este no lo hace.
Las fianzas surgen por motivo de un contrato principal donde se establecen obligaciones de hacer o de dar o incluso de pagar alguna contraprestación. Son requeridas como ejemplo:
- Para garantizar en contratos de obra o proveeduría el buen uso o debida amortización de un anticipo, el cumplimiento de los trabajos encomendado o la buena calidad de estos.
- También pueden existir obligaciones de pago por el contrato sobre el alquiler de una vivienda o local comercial, o derivadas del requerimiento en el pago de impuestos por parte del Sistema de administración tributario (SAT) a personas físicas o morales.
- En controversias judiciales de carácter civil, mercantil para garantizar el cumplimiento de los deberes y obligaciones o actos de particulares o del sector público dentro de un procedimiento judicial.
- En contratos de crédito donde se garantiza el pago por el suministro del producto que se trate principalmente por estaciones de servicios o distribuidores de PEMEX.
- O por motivos de cubrir actos ilícitos de los empleados de una empresa como son robo fraude o abuso de confianza a través de una fianza de fidelidad.
La importancia de la fianza radica en que para ser otorgada por una compañía afianzadora, analiza de los solicitantes (fiado) las solvencias: jurídica, técnica, económica y moral para saber si cumplirá con las obligaciones encomendadas en el contrato que celebra con el cliente beneficiario y con base a sus cifras financieras y en su caso con garantías adicionales que ofrezca como pueden ser prendarias, inmuebles urbanos libres de gravamen propios o de obligado(s) solidario(s) que lo respalden, la institución fiadora determinará si es factible el afianzamiento o no.
En caso de incumplimiento la afianzadora cubrirá al beneficiario el daño económico causado por el fiado y se resarcirá de este con las garantías que le ha ofrecido previa la emisión de la fianza.
Guillermo Ortega Reyes, Director General