*Por Gerardo Vallarta
La pandemia dio un giro a la forma de las empresas y su manera de operar. Finalmente vamos volviendo a la presencialidad y es por eso que muchas personas, pensando en el bien de su equipo, han optado por un espacio de trabajo.
La otra cara de la moneda
Durante la pandemia hemos conocido y experimentado los diferentes modelos no tradicionales para trabajar; por ejemplo, de manera remota e híbrida. Aunque trabajar desde casa pareciera un sueño hecho realidad, este modelo en la actualidad ha tenido algunas fallas como la presencia de constante ruido, bajo rendimiento laboral, las distracciones, el agotamiento emocional entre otras. En ocasiones los empleados y colaboradores se han visto frustrados por no contar con las herramientas suficientes para cumplir con su trabajo desde casa.
Un nuevo año, un nuevo comienzo
Es por eso que muchas personas han optado por contar con un espacio de trabajo en donde cada miembro pueda tener su propia área para expandir sus conocimientos y proyectos.
Algunas ventajas que se pueden encontrar de un modelo presencial son las siguientes:
- La salud mental. Probablemente esta razón sea la más importante. Ya que un excesivo aislamiento puede ocasionar agotamiento mental, depresión, ansiedad entre otros.
- Sentido de pertenencia. Estar en un mismo espacio hace mucho más fácil el convivio con los nuevos miembros. El empleado puede aprender de manera sencilla las dinámicas y los roles del equipo en un espacio físico.
- Una oficina equipada: Un espacio con buena iluminación, sin ruidos, buen internet, cómodo hace que el trabajo sea mucho más productivo y sencillo de realizar y esto no lo puede garantizar cuando se trabaja en casa.
“Trabajar en una oficina es de salud mental, tienes esta separación entre tus proyectos de negocio y tu vida personal te vuelves más productivo cuando tienes tu espacio” comparte Juan José de Sees.
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